El reciente contagio de López Obrador ha causado distintas reacciones en la población mexicana. El mandatario cumplirá una semana en aislamiento voluntario y, según las autoridades, se encuentra con una buena evolución a pesar de las comorbilidades que presenta (hipertensión, población adulta mayor).
Ciudad de México, 28 de enero (SinEmbargo).– A cuatro días de que se informó que el Presidente Andrés Manuel López Obrador se enfermó de COVID-19, el 60 por ciento de los mexicanos consideró que el contagio se ocasionó debido a que el mandatario no ha usado cubrebocas ni ha seguido las medidas sanitarias, reveló una encuesta del diario Reforma.
En contraste, sólo el 34 por ciento de la población encuestada refirió que el contagio del mandatario oriundo de Tabasco surgió a raíz de su «cercanía con la gente«.
Un 48 por ciento aseguró que luego de esta enfermedad, el político izquierdista ya utilizará el cubrebocas en sus eventos y apariciones públicas. Pero, con una cifra muy similar, el 43 por ciento piensa que definitivamente no usará el insumo médico, según apuntó el diario.
A raíz de algunas especulaciones y teorías «conspirativas» que surgieron desde el domingo que se dio a conocer el diagnóstico positivo, el 24 por ciento de las personas no cree que López Obrador verdaderamente esté enfermo. En cambio, el 67 por ciento sí confía en que el Jefe del Ejecutivo federal contrajo el nuevo coronavirus.
Luego de que Andrés Manuel expusiera que enfermó de COVID-19, varios funcionarios y personas que estuvieron a su alrededor tuvieron que someterse a las pruebas de laboratorio para conocer si también se habían contagiado. Por ello, el 58 por ciento de la gente consideró que no sólo expuso a los secretarios que lo acompañaron a sus giras, sino que también arriesgó a gobernadores, y a los pasajeros y tripulación del vuelo comercial en el que viajó el pasado fin de semana.
Cabe recordar que, aunque desde el pasado 24 de diciembre en México ya se aplica la vacuna contra el coronavirus, el Presidente de México aún no ha sido inmunizado en contra de la nueva enfermedad, pues consideró que debe esperar su turno para recibir la dosis del fármaco.
Sin embargo, un 56 por ciento de los encuestados por Reforma afirmó que López Obrador tuvo que ser de las primeras personas en aplicarse la vacuna contra la COVID-19. En contraste, el 41 por ciento piensa que es acertada su decisión de esperar.
Además, poco más de la mitad de la población (52 por ciento) señaló que ya es momento de exigirle al Gobierno federal un cambio de estrategia de salud para enfrentar la pandemia de SARS-CoV-2. Únicamente el 43 por ciento dijo que lo que necesita México es unirse a para apoyar el plan que ha tomado el Gabinete de López Obrador.
De hecho, la percepción negativa de las acciones que ha tomado la actual administración federal ha crecido en los últimos meses, pues si bien en noviembre de 2020 dicho porcentaje era del 40 por ciento, para el 28 de enero poco más de un 50 por ciento de los cuestionados por el periódico Reforma piensa que es una estrategia errónea la que se ha tomado para enfrentar la emergencia sanitaria.
El pasado domingo 24 de enero, Andrés Manuel López Obrador informó que dio positivo a la prueba de COVID-19, pero que sus síntomas son leves y ya se encuentra en tratamiento médico.
El Presidente de México tiene 67 años de edad y por la presión alta y un padecimiento de corazón, está en el grupo de alto riesgo. Sin embargo, López Obrador se ha negado a dejar sus giras por el país en vuelos comerciales y también aparece normalmente sin mascarilla. Muchos de sus colaboradores cercanos han enfermado de COVID-19.
López Obrador realizó el anuncio a través de sus redes sociales y detalló que guardaría reposo, pero atendería los asuntos públicos desde Palacio Nacional, por ejemplo la llamada que sostuvo con su homólogo ruso, Vladimir Putin, sobre la posibilidad de obtener dosis de la vacuna «Sputnik V».
Como lo encomendó, desde el lunes 25 de enero la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, se hace cargo de las conferencias de prensa matutinas que se llevan a cabo en Palacio Nacional.
Hasta el momento se ha reportado que tiene buen estado de salud, que continúa estable y que es atendido por el propio Jorge Alcocer Varela, titular de la Secretaría de Salud (SSa).